Paseo Santo Domingo
La sociedad burguesa del siglo XIX siente la necesidad de un nuevo espacio público, el Paseo, lugar arbolado a mitad de camino entre la calle y el camino, de tránsito y, sobre todo, de esparcimiento y de relación social. Tres son los paseos de la Huesca decimonónica: la Alameda, la Glorieta o Santo Domingo y el Paseo de la Estación.
La Glorieta se construirá en 1847 en el solar y la huerta del convento de Santo Domingo, en el tramo del actual Paseo de Ramón y Cajal. Se convertirá en la entrada habitual a la ciudad en sustitución del antiguo puente de San Martín y servirá para revitalizar la parte final del Coso Bajo. Estaba dividido en cinco calles, con la central más ancha, plantadas de álamos y moreras.
(Fuente: Archivo Histórico Provincial de Huesca)