Los olivos
El olivo se sigue considerando como un símbolo de paz y de vida, con la peculiaridad de que es un árbol que se adapta a diferentes diseños paisajísticos sin perder su majestuosidad. Existen dos hipótesis sobre el origen del olivo, una que postula que proviene de las costas de Siria, Líbano e Israel y otra que lo considera originario de Asia menor.
El olivo es un árbol con tronco torcido, copa ancha y ramosa. Se ramifica a poca altura y sus ramas tienden a dispersarse. Requiere mucho sol y rehuye la humedad. Son árboles de crecimiento lento, pero tienen una gran cualidad; se pueden trasladar sea cual sea su edad. La madera del olivo es muy dura pero fácil e ideal para tallar utensilios.
En definitiva, es un árbol que aúna la elegancia con la robustez. En cuanto al fruto, cabe decir que en España existen unas 280 variedades de olivo. La mayor parte de ellas se emplean en la obtención de aceite, que son las aceitunas de molino o de almazara; y las aceitunas de aderezo, de aliño o de mesa destinadas preferentemente a ser comidas, previo tratamiento.
Se ha comprobado que las aceitunas negras de Aragón mejoran su sabor tras pasar dos o tres años en agua. Por su parte las aceitunas verdes es aconsejable comerlas en el año de recogida o como máximo en el siguiente.
También, es interesante saber que los aceites de montaña suelen ser más suaves que los de los llanos y tienen un sabor más fresco y agradable.