Aventar la parva consistía en lanzarla al aire en días de viento, para que éste empujara la paja a un lado mientras que el grano, que pesa más cayera en vertical. Para esta labor se utilizaban el bieldo y la pala para levantar la paja con el grano. 

Algunos hogares, los más afortunados, disponían de una máquina aventadora que separaba el grano de la paja sin necesidad de aventar a mano. Una vez separado el grano, aún no estaba preparado para almacenarlo. Todavía era preciso usar la cribas, semejantes a un gran colador, para separar el grano de las impurezas y la tierra. Una vez el grano ya estaba limpio, se preparaba para ser almacenado. Pero antes de recogerse se dejaba un par de días en las eras formando montones.